viernes, 7 de diciembre de 2007

MANOS SUCIAS

Un proyectarse desesperado de la materia verbal [...]
La cantidad de fragmentos me desgarra
A. Pizarnik


Pies adoloridos adentro de los zapatos calientes. Rodillas desgastadas por los pasos entre el polvo y el asfalto.

La resequedad de la nariz conjugada con el hiriente vacío estomacal. El límite que se acerca de algo que termina. Rostros que no volveré a ver. Las calles. La caída del sol contra las casas de una ciudad. El calor en la piel y la gama de aromas a hidrocarburos.

Una montaña bajo el sol y entre el polvo que domina una ciudad como la última muralla por sortear. Bajo su sombra, un yo empequeñecido. Solo. Herido.

Un aire que no volveré a respirar. Un giro o más bien un tropiezo en el destino. Una caída.

Si es acaso el ángel que se cae o el coro de estrellas barridas por la cola de un cometa en el fondo de los tiempos.

Una sensación de manos sucias después de haber comido una hamburguesa.

MAH

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